Déjame pasar la vida a tu lado, Madre mía,
Acompañado de tu soledad y tu pesar profundo.
Déjame sentir en mi alma el triste llanto de tus ojos y
El desamparo de tu corazón.
No quiero en el camino de mi vida saborear las alegrías de Belén,
Adorando en tus brazos virginales al niño Dios;
No quiero gozar en la casita humilde de Nazaret
De la amable presencia de Jesucristo;
No quiero acompañarte en tu Asunción gloriosa entre los coros de Ángeles…
Quiero en mi vida, las burlas y las mofas del Calvario,
Quiero la agonía lenta de tu Hijo, el desprecio,
La ignominia, la infamia de la cruz;
Quiero estar a tu lado, Virgen dolorosísima, de pie,
Fortaleciendo mi espíritu con tus lágrimas,
Consumando mi sacrificio con tu martirio,
Sosteniendo mi corazón con tu soledad,
Amando a mi Dios y tu Dios con la inmolación de mi ser