Novena a la Virgen Desatanudos para la salud

Madre querida, Virgen María, bajo tu título de “Desatanudos” venimos a ti con fe y esperanza. Tú que, con paciencia y ternura, desatas los nudos de nuestras vidas, escucha nuestras súplicas por la salud del cuerpo y del alma. Intercede ante tu Hijo Jesús, médico divino, para que nos regale la sanación, la fortaleza y la paz que tanto necesitamos.

Cada día de esta novena comenzamos con la señal de la Cruz, rezamos el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo, y luego meditamos la oración del día.

Día 1 – Oración para confiar en Dios

Virgen Desatanudos, hoy te entrego el nudo de mi desconfianza. Muchas veces me desespero cuando llega la enfermedad, y siento que pierdo la fe. Ayúdame a confiar en que Dios me cuida siempre.

Enséñame a decir con el corazón: “Señor, en Ti confío.” Desata este nudo de incredulidad y llena mi alma de esperanza. Amén.

Día 2 – Oración por la salud del cuerpo

Madre querida, pongo en tus manos mi enfermedad física. Tú conoces mi dolor y mi debilidad. Intercede ante Jesús, que sanó a los ciegos y a los cojos, para que me devuelva la salud.

Virgen Desatanudos, desata este nudo de enfermedad y dame fuerza para seguir adelante con fe y paciencia. Amén.

Día 3 – Oración por la salud del alma

Virgen María, no solo me duele el cuerpo, también mi alma está herida por el miedo, la tristeza o el resentimiento. Hoy te pido que desates el nudo de mi corazón herido.

Llévame a Jesús, médico del alma, para que sane mis heridas interiores y me dé paz. Amén.

Día 4 – Oración por los médicos y cuidadores

Virgen bondadosa, te pido por los médicos, enfermeras y cuidadores que me ayudan en mi enfermedad. Bendice su trabajo y dales sabiduría y paciencia.

Haz que sean instrumentos del amor de Dios, y que a través de ellos yo experimente tu ternura de Madre. Amén.

Día 5 – Oración por la familia

Virgen Desatanudos, gracias por mi familia, que me acompaña en la enfermedad. Ellos sufren conmigo, se preocupan y me cuidan. Te pido que los bendigas y que desates los nudos de cansancio y tristeza en sus corazones.

Dales fortaleza, paciencia y esperanza. Amén.

Día 6 – Oración por los enfermos del mundo

Virgen Desatanudos, hoy elevo mi oración no solo por mí, sino por todos los enfermos. Hay tantos que sufren en silencio, en hospitales o en soledad. Intercede por ellos para que reciban consuelo, sanación y paz.

Madre querida, desata los nudos de dolor en la vida de cada enfermo y muéstrales tu amor maternal. Amén.

Día 7 – Oración por la fortaleza en la prueba

Madre del Cielo, cuando la sanación tarda en llegar, me desespero. Hoy te pido que desates el nudo de la impaciencia y del desaliento.

Enséñame a llevar mi cruz con amor, recordando que Jesús me acompaña siempre. Dame fortaleza para no rendirme. Amén.

Día 8 – Oración de agradecimiento

Virgen Desatanudos, hoy no quiero pedir nada, solo agradecer. Gracias por acompañarme en la enfermedad, gracias por interceder por mí, gracias por enseñarme a confiar en Jesús.

Quiero vivir este día con gratitud, aun en medio de la prueba, porque sé que nunca me abandonas. Amén.

Día 9 – Oración de consagración a la Virgen Desatanudos

Virgen Santísima, al terminar esta novena me consagro a Ti. Te entrego mi salud, mi vida, mi familia y mis luchas. Desata todos los nudos que me atan y llévame siempre a Jesús.

Madre querida, acompáñame hasta el final de mis días y muéstrame el camino hacia la vida eterna. Amén.

Jaculatorias para la novena

“Virgen Desatanudos, ruega por mi salud.”
“Madre querida, desata mis miedos y dame paz.”
“Virgen María, acompáñame en la enfermedad.”
“Madre del Cielo, fortalece mi fe en Jesús.”
“Virgen Desatanudos, cúbreme con tu manto sanador.”

Cómo rezar la novena

1) Hacer la señal de la Cruz.
2) Rezar el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo.
3) Leer la oración correspondiente al día.
4) Rezar una decena del Santo Rosario.
5) Terminar con una jaculatoria: “Virgen Desatanudos, ruega por mí.”

Oración final de la novena

Virgen Desatanudos, Madre de misericordia, gracias por acompañarme durante estos nueve días. Recibe mis súplicas, mis agradecimientos y mis lágrimas. Desata los nudos de mi enfermedad y de mi corazón, y llévame siempre a Jesús.

Confío en tu poderosa intercesión y me entrego a tu amor maternal. Quédate conmigo en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, y llévame siempre de tu mano al encuentro con Dios. Amén.

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