Oración al Santísimo Sacramento del Altar: Bendito sea Dios

Bendito seas, Señor Jesús, presente y vivo en el Santísimo Sacramento del Altar. Hoy me postro ante Ti con reverencia y amor, reconociendo tu grandeza y tu humildad. Te adoro con todo mi corazón, creo firmemente en tu presencia real en la Eucaristía, y confío en tu misericordia que nunca me abandona.

Bendito seas, Dios eterno, porque has querido quedarte con nosotros bajo la apariencia sencilla del pan consagrado. Bendito seas porque eres alimento para mi alma, refugio en mis luchas, consuelo en mis penas y fortaleza en mis debilidades. Bendito seas, Señor, porque aunque no soy digno, me invitas a estar cerca de Ti y a contemplar tu rostro oculto en la hostia santa.

Hoy, unido a toda la Iglesia, repito con fe: “Bendito sea Dios. Bendito sea su santo nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendito sea su preciosísima Sangre.”

Oración de adoración

Señor, aquí estoy para adorarte. Quiero que mi vida entera sea una alabanza a tu amor. Así como los ángeles se postran ante tu gloria en el cielo, yo me arrodillo aquí en la tierra, sabiendo que tu mirada me envuelve con ternura.

Jesús Sacramentado, mi Dios y mi todo, recibe mi humilde oración. Te entrego mis pensamientos, mis palabras, mis acciones y mis proyectos. Haz que todo en mí sea un reflejo de tu presencia en la Eucaristía.

Oración de acción de gracias

Gracias, Señor, por haberte quedado con nosotros en este Sacramento admirable. Gracias por cada vez que puedo acercarme a Ti, hablarte en silencio, recibirte en mi corazón. Gracias por tus bendiciones visibles e invisibles, por tu compañía constante y por los milagros que realizas en mi vida.

Hoy quiero unirme a la oración de agradecimiento, proclamando que todo lo que soy y todo lo que tengo es don tuyo. Bendito seas, Señor, por tu infinita bondad.

Oración de súplica

Señor mío, aquí, frente a Ti, pongo mis intenciones. Conoces mis luchas, mis preocupaciones y mis anhelos más profundos. Bendíceme con tu paz, abre caminos de esperanza y dame la gracia de confiar siempre en tu voluntad.

Te pido por mi familia, para que permanezca unida en la fe; por los enfermos, para que reciban consuelo; por los que sufren, para que encuentren alivio en tu amor. Acompáñame en mis momentos de dificultad con la oración para enfrentar momentos difíciles, y fortalece mi fe cada día con la oración para fortalecer la fe.

Reflexión bíblica

Jesús, al mirarte en el Santísimo, recuerdo tus palabras: “Yo soy el pan de vida; el que venga a mí no tendrá hambre, y el que crea en mí no tendrá sed jamás” (Jn 6,35). Aquí estás, Señor, cumpliendo tu promesa de ser alimento para mi alma.

También me viene al corazón la promesa de tu presencia: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). En la Eucaristía eres cumplimiento perfecto de esa palabra, y por eso hoy digo con gratitud: bendito seas, Señor.

Jaculatorias al Santísimo Sacramento

“Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.”
“Señor mío y Dios mío, aumenta mi fe.”
“Jesús Sacramentado, mi Dios y mi todo.”
“Alabado y bendito seas por siempre, Señor.”
“Gloria a ti, Jesús Hostia Santa.”

Oración final

Señor Jesús, al despedirme de tu presencia en el Santísimo, quiero llevarte en mi corazón. Bendito seas, porque me das tu amor sin medida. Bendito seas, porque me invitas a confiar siempre en Ti. Bendito seas, porque me das la esperanza de la vida eterna.

Quédate conmigo, Señor, y haz que mi vida sea testimonio de tu amor. Que donde yo vaya, lleve tu paz. Que en cada palabra, refleje tu bondad. Y que en cada acción, proclame tu gloria. Bendito seas por los siglos de los siglos. Amén.

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