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Cómo rezar el Santo Rosario (paso a paso)
El Rosario es una oración contemplativa: con la repetición humilde del Ave María, el corazón se aquieta y contempla los misterios de la vida del Señor y de la Virgen. A continuación tienes el rezo completo con oraciones, estructura y meditaciones.
- Haz la Señal de la Cruz y toma un momento de silencio para presentar tu intención.
- Reza el Acto de contrición y el Ofrecimiento del Rosario.
- En la cruz, reza el Credo.
- En la primera cuenta grande: un Padrenuestro.
- En las tres cuentas pequeñas: tres Avemaría pidiendo fe, esperanza y caridad.
- En la siguiente cuenta grande: el Gloria; anuncia el misterio del día y contempla.
- En cada decena: 1 Padre Nuestro, 10 Ave María y un Gloria. Puedes añadir la jaculatoria: «Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados…» como práctica de reparación.
- Al terminar las cinco decenas: reza las Letanías Lauretanas y una oración final a María.
Oraciones iniciales
Señal de la Cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todos mis pecados, y los aborrezco porque al pecar he merecido tus castigos, pero sobre todo porque te ofendí a Ti, sumo bien y digno de ser amado sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Ofrecimiento del Rosario
Virgen Santísima, te ofrezco este Rosario por la conversión de mi corazón y por las intenciones que llevo en silencio. Enséñame a rezarlo con atención, devoción y modestia, para gloria de Dios y bien de las almas. Amén.
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
1. La Anunciación
Contempla a María escuchando el anuncio del ángel y diciendo «Hágase». Aprende la docilidad que abre la historia a Dios. Fruto: Humildad y disponibilidad.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria. Puedes añadir: «Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia».
2. La Visitación
María corre a servir a su prima Isabel. La fe se vuelve caridad concreta que se pone en camino. Fruto: Caridad y alegría.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria. Puedes añadir: «Oh Jesús mío…».
3. El Nacimiento de Jesús
El Hijo de Dios se hace niño en Belén. La pobreza elegida revela una riqueza más honda: Dios con nosotros. Fruto: Pobreza de espíritu.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria. Puedes añadir: «Oh Jesús mío…».
4. La Presentación del Señor
En el templo, María y José ofrecen al Niño y escuchan la profecía: una espada te atravesará el alma. Fruto: Obediencia y pureza.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria. Puedes añadir: «Oh Jesús mío…».
5. El Niño perdido y hallado en el Templo
Tres días de búsqueda y, al final, la sorpresa: «¿No sabíais que debo ocuparme de las cosas de mi Padre?» Fruto: Búsqueda de la voluntad de Dios.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria. Puedes añadir: «Oh Jesús mío…».
Misterios Luminosos (jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán
El Padre proclama a su Hijo amado y el Espíritu desciende. Nuestra vida se renueva en el bautismo. Fruto: Vida nueva y docilidad al Espíritu.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; quien lo desee, añada la jaculatoria del «Oh Jesús mío…».
2. Las Bodas de Caná
María señala a Jesús: «Hagan lo que Él les diga». El agua se vuelve vino, la rutina se transforma en fiesta. Fruto: Confianza e intercesión de María.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; quien lo desee, añada la jaculatoria del «Oh Jesús mío…».
3. El Anuncio del Reino y la llamada a la conversión
Jesús recorre caminos curando y perdonando. Convertirse es cambiar de mente para amar mejor. Fruto: Conversión y misericordia.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; quien lo desee, añada la jaculatoria del «Oh Jesús mío…».
4. La Transfiguración del Señor
En el monte, Jesús brilla. La gloria futura sostiene la fidelidad del presente. Fruto: Deseo de santidad y fortaleza.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; quien lo desee, añada la jaculatoria del «Oh Jesús mío…».
5. La Institución de la Eucaristía
Jesús entrega su Cuerpo y su Sangre como alimento. La caridad se hace sacramento. Fruto: Amor a la Eucaristía y unidad.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; quien lo desee, añada la jaculatoria del «Oh Jesús mío…».
Misterios Dolorosos (martes y viernes)
1. La Oración de Jesús en el Huerto
Jesús experimenta angustia y se abandona: «No se haga mi voluntad, sino la tuya». Fruto: Abandono y confianza.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; se puede añadir la oración de Fátima: «Oh Jesús mío…».
2. La Flagelación del Señor
El inocente es azotado. El amor persevera incluso cuando es incomprendido. Fruto: Pureza y dominio de sí.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; se puede añadir la oración de Fátima: «Oh Jesús mío…».
3. La Coronación de espinas
Se burlan del Rey humilde. La humildad vence la soberbia. Fruto: Humildad y reparación.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; se puede añadir la oración de Fátima: «Oh Jesús mío…».
4. Jesús con la Cruz a cuestas
Cae y se levanta, recibe ayuda de Simón. Aprendemos a aceptar ayuda y a ayudar. Fruto: Paciencia y caridad.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; se puede añadir la oración de Fátima: «Oh Jesús mío…».
5. La Crucifixión y muerte del Señor
Desde la cruz, Jesús perdona y entrega el Espíritu. El amor llega hasta el extremo. Fruto: Perdón y amor a la cruz.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; se puede añadir la oración de Fátima: «Oh Jesús mío…».
Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor
La tumba vacía inaugura una creación nueva. La alegría pascual cambia el miedo en misión. Fruto: Fe viva y alegría.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; finaliza con acción de gracias por los dones recibidos.
2. La Ascensión del Señor
Cristo sube al cielo y nos envía a anunciar. Vivimos en la tierra con el corazón en el cielo. Fruto: Esperanza y deseo del cielo.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; finaliza con acción de gracias por los dones recibidos.
3. La Venida del Espíritu Santo
Lenguas de fuego en Pentecostés. La Iglesia nace misionera y valiente. Fruto: Fervor y valentía.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; finaliza con acción de gracias por los dones recibidos.
4. La Asunción de la Virgen María
María es llevada al cielo. En Ella vemos lo que Dios sueña para nosotros. Fruto: Amor a María y perseverancia.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; finaliza con acción de gracias por los dones recibidos.
5. La Coronación de María como Reina
La humilde de Nazaret es coronada en gloria. La gracia enaltece a los pequeños. Fruto: Confianza y servicio.
Estructura de la decena: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria; finaliza con acción de gracias por los dones recibidos.
Salve Regina (Dios te salve, Reina y Madre)
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Letanías Lauretanas
- Señor, ten piedad de nosotros.
- Cristo, ten piedad de nosotros.
- Señor, ten piedad de nosotros.
- Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.
- Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
- Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
- Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
- Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
- Santa María, ruega por nosotros.
- Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
- Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
- Madre de Cristo, ruega por nosotros.
- Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
- Madre de la divina gracia, ruega por nosotros.
- Madre purísima, ruega por nosotros.
- Madre castísima, ruega por nosotros.
- Madre siempre virgen, ruega por nosotros.
- Madre inmaculada, ruega por nosotros.
- Madre amable, ruega por nosotros.
- Madre admirable, ruega por nosotros.
- Madre del buen consejo, ruega por nosotros.
- Madre del Creador, ruega por nosotros.
- Madre del Salvador, ruega por nosotros.
- Virgen prudentísima, ruega por nosotros.
- Virgen digna de veneración, ruega por nosotros.
- Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros.
- Virgen poderosa, ruega por nosotros.
- Virgen clemente, ruega por nosotros.
- Virgen fiel, ruega por nosotros.
- Espejo de justicia, ruega por nosotros.
- Asiento de la sabiduría, ruega por nosotros.
- Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.
- Vaso espiritual, ruega por nosotros.
- Vaso honorable, ruega por nosotros.
- Vaso insigne de devoción, ruega por nosotros.
- Rosa mística, ruega por nosotros.
- Torre de David, ruega por nosotros.
- Torre de marfil, ruega por nosotros.
- Casa de oro, ruega por nosotros.
- Arca de la alianza, ruega por nosotros.
- Puerta del cielo, ruega por nosotros.
- Estrella de la mañana, ruega por nosotros.
- Salud de los enfermos, ruega por nosotros.
- Refugio de los pecadores, ruega por nosotros.
- Consuelo de los migrantes, ruega por nosotros.
- Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros.
- Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
- Reina de los ángeles, ruega por nosotros.
- Reina de los patriarcas, ruega por nosotros.
- Reina de los profetas, ruega por nosotros.
- Reina de los apóstoles, ruega por nosotros.
- Reina de los mártires, ruega por nosotros.
- Reina de los confesores, ruega por nosotros.
- Reina de las vírgenes, ruega por nosotros.
- Reina de todos los santos, ruega por nosotros.
- Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
- Reina asunta a los cielos, ruega por nosotros.
- Reina del santísimo rosario, ruega por nosotros.
- Reina de la familia, ruega por nosotros.
- Reina de la paz, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Oremos: Te rogamos, Señor, que a nosotros, tus siervos, nos concedas gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración final a San Miguel Arcángel (opcional)
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno, con el poder de Dios, a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Consejos para rezarlo mejor
- Si no puedes rezarlo completo, reza un misterio con calma y atención.
- Lee un breve pasaje evangélico antes de cada misterio para alimentar la contemplación.
- Evita la prisa: deja que el ritmo del Ave María te lleve a la paz.
- Ofrece cada decena por una intención concreta: la familia, los enfermos, quienes sufren soledad o violencia.
- En comunidad, alternen las oraciones: uno guía y los demás responden, favoreciendo la participación.
- Si te distraes, vuelve con sencillez: cada Ave es un «te quiero» a Jesús y María.
Calendario semanal de los misterios
Tradicionalmente, los misterios se distribuyen así: lunes y sábado, gozosos; martes y viernes, dolorosos; miércoles y domingo, gloriosos; jueves, luminosos. No es una regla rígida: puedes elegir el conjunto que más ayude a tu oración ese día. Lo esencial es contemplar con amor y dejar que el Evangelio ilumine tu vida.
- Lunes: Misterios Gozosos — comienza la semana con la alegría humilde de Nazaret.
- Martes: Misterios Dolorosos — pide fortaleza para llevar la cruz de cada día.
- Miércoles: Misterios Gloriosos — renueva la esperanza y la mirada al cielo.
- Jueves: Misterios Luminosos — contempla la vida pública de Jesús como escuela de discípulos.
- Viernes: Misterios Dolorosos — une tu dolor al de Cristo por la salvación del mundo.
- Sábado: Misterios Gozosos — camina con María hacia el domingo.
- Domingo: Misterios Gloriosos — celebra la Pascua semanal con gozo.
Meditación guiada: ejemplo para una decena (La Anunciación)
Respira hondo y disponte a contemplar. Lleva al corazón esta escena: un hogar sencillo, silencio de oración, una joven atenta a Dios. Al pronunciar «Dios te salve», saluda con el ángel; al decir «el Señor es contigo», recuerda que no estás solo; cuando nombras «Jesús», haz una breve inclinación interior. Al terminar la decena, guarda unos segundos de silencio y pide el fruto de humildad y disponibilidad.
Sugerencia de intenciones para cada Ave: (1) por docilidad a la Palabra; (2) por pureza de intención; (3) por apertura a la sorpresa de Dios; (4) por valentía para decir «sí»; (5) por paciencia en los procesos; (6) por alegría en el servicio; (7) por fidelidad en lo pequeño; (8) por gratitud; (9) por perseverancia; (10) por amor a Jesús y María.
Rosario bíblico (breves versículos para acompañar cada Ave)
Puedes añadir, antes de cada Avemaría, una breve frase tomada del Evangelio que recuerde el misterio. No hace falta recitar textos largos; una semilla basta para orientar la contemplación. Ejemplos:
Gozosos — La Visitación
- «María se puso en camino aprisa» — que mi fe sea activa.
- «¿Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?» — humildad reverente.
- «Proclama mi alma la grandeza del Señor» — gratitud que canta.
- «Feliz la que ha creído» — fe que engendra vida.
Luminosos — Las Bodas de Caná
- «No tienen vino» — presentar la necesidad con sencillez.
- «Hagan lo que Él les diga» — obediencia confiada.
- «Llenen las tinajas» — cooperación concreta.
- «El vino mejor» — la gracia supera lo esperado.
Dolorosos — Jesús con la Cruz
- «Tomó su cruz» — aceptar la realidad con fe.
- «Cayó… y se levantó» — perseverar sin orgullo.
- «Simón le ayudó» — humildad para recibir ayuda.
- «Padre, perdónalos» — perdón que libera.
Gloriosos — Pentecostés
- «Se llenaron del Espíritu Santo» — pedir fuego interior.
- «Anunciaban con valentía» — audacia misionera.
- «Se entendían» — unidad en la diversidad.
- «Los acogían» — comunidad abierta.
(Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria)
Jaculatorias y ofrecimientos sugeridos
Entre Ave y Ave, o al finalizar cada decena, puedes repetir brevemente una jaculatoria que concentre el corazón: «Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo»; «María, Madre de la Iglesia, enséñanos a amar»; «Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío». Estas expresiones no son añadidos obligatorios, sino ayudas para sostener la atención y la ternura. También es muy provechoso ofrecer cada decena por una persona concreta, por los gobernantes, por los que han perdido la fe, por quienes buscan trabajo, por la reconciliación de la familia o por la paz de una comunidad herida.
En las casas de duelo es costumbre rezar el Rosario pidiendo por el eterno descanso de un ser querido. En ese contexto, algunas comunidades agregan después del Gloria la invocación: «Dales, Señor, el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua». Rezar así no reemplaza la misa por el difunto, pero dispone el corazón a vivirla con esperanza. Si no sabes qué decir ante el dolor ajeno, el Rosario pone en tus labios palabras de fe y cercanía, y convierte el silencio compartido en oración de consuelo.


















