La familia es el primer lugar donde aprendemos a amar, a perdonar, a servir y a vivir nuestra fe. Por eso, protegerla y bendecirla con la oración es una misión de todos. Esta oración por la familia de Santa Teresa de Calcuta es una joya espiritual que nos invita a vivir como la Sagrada Familia de Nazaret, con amor, humildad y entrega diaria.
Santa Teresa de Calcuta, con su corazón ardiente de compasión, nos regaló esta oración como un modelo para pedir la gracia de formar hogares santos, llenos de paz, oración y servicio. A continuación, te compartimos esta hermosa plegaria extendida y profundizada, ideal para rezar en comunidad o en tu rincón de oración personal.
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Oración por la familia (versión extendida y reflexionada)
Padre Celestial, nos has dado un modelo perfecto de vida familiar en la Sagrada Familia de Nazaret. En Jesús, María y José encontramos el ejemplo de obediencia, entrega, trabajo, silencio, ternura y amor. Hoy venimos ante ti, Señor, para pedirte que nuestra familia también sea un reflejo de esa luz divina.
Haz, Padre amado, que nuestro hogar se convierta en otro Nazaret, donde reine el amor sincero, la paz que sobrepasa todo entendimiento y la alegría que brota de los corazones agradecidos. Que nuestros días estén marcados por la presencia de tu Hijo, y que nuestros gestos estén llenos de dulzura, como los de María, y de fortaleza silenciosa, como los de José.
Haz de nuestra familia una comunidad profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Que en nuestro hogar no falte la oración, ni el pan, ni el perdón. Que aprendamos a mirarte en los pequeños detalles, en las tareas diarias, en la paciencia cotidiana, en el silencio compartido.
Oración familiar en los momentos de gozo y dolor
Señor, ayúdanos a permanecer unidos en la oración familiar, tanto en los días de gozo como en los tiempos de angustia. Que no olvidemos que tú eres el centro de nuestra vida, incluso cuando las tormentas nos sacuden. Que sepamos invocarte con fe cuando estemos perdidos y alabarte con gratitud cuando todo vaya bien.
Enséñanos, Señor, a verte en cada miembro de nuestra familia, incluso cuando nos cueste. Que reconozcamos a Cristo en el cansancio del padre, en el silencio de la madre, en las lágrimas del hijo, en la rebeldía del adolescente, en la fragilidad del anciano. Danos la gracia de tener un corazón sensible al dolor del otro, y de cargar los unos con las cargas de los otros.
Corazón de Jesús, haznos mansos y humildes como tú
Jesús, tú que en la Eucaristía nos das tu cuerpo y tu sangre como alimento, haz que también nosotros aprendamos a entregarnos. Que cada uno de nosotros tenga un corazón manso y humilde, como el tuyo. Que no busquemos tener la razón, sino la paz. Que no pretendamos ser servidos, sino servir. Que no juzguemos, sino amemos.
Haz que sobrellevemos nuestras obligaciones familiares de manera santa. Que el trabajo no sea una carga sino una bendición. Que las tareas del hogar no nos separen, sino que nos unan. Que la educación de los hijos sea una escuela de paciencia y no de gritos. Que el cansancio se transforme en ofrenda, y los problemas en ocasión de crecimiento.
Enséñanos a amarnos y perdonarnos cada día
Señor, tú que nos amas con un amor infinito, haz que cada día nos amemos más y más unos a otros, como tú nos amas. Que no caigamos en la rutina, en el egoísmo, en el orgullo. Que seamos capaces de pedir perdón con humildad y de perdonar con alegría. Que el pasado no pese más que el presente, y que el futuro nos encuentre más unidos que nunca.
Perdónanos nuestras faltas, y ayúdanos a perdonarnos mutuamente, como tú nos perdonas. No dejes que el rencor eche raíces en nuestro hogar. Que no anidemos heridas, que no acumulemos resentimientos, que no guardemos silencio cuando deberíamos hablar con amor.
Recibir con alegría, dar con generosidad
Ayúdanos, Padre amado, a recibir con gratitud todo lo que tú nos das, incluso cuando no lo entendemos. Aceptar la enfermedad, la escasez, los problemas, los cambios, las pérdidas, con fe y con una gran sonrisa. Porque sabemos que tú eres un Padre bueno que nunca se equivoca.
Y también ayúdanos a dar: tiempo, atención, servicio, amor, ternura, escucha. Que nuestra familia se convierta en un espacio donde todos se sientan bienvenidos, respetados, escuchados y amados. Que nuestras puertas estén abiertas al necesitado, y nuestro corazón al perdón.
Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría
Madre querida, Santa María, tú que conoces el gozo y el dolor de la vida familiar, intercede por nosotros. Sé causa de nuestra alegría cuando nos visiten las lágrimas. Enséñanos a guardar todo en el corazón, como tú. A creer sin ver, a esperar sin dudar, a confiar sin condiciones.
Ruega por nuestras familias, para que sean fuertes en la fe, firmes en el amor, perseverantes en la oración. Que ninguna dificultad nos haga renegar. Que ningún conflicto nos haga dividirnos. Que ningún ataque del enemigo tenga poder sobre nosotros, porque tú caminas con nosotros.
Ángeles de la Guarda, guías y protectores de nuestro hogar
Santos Ángeles de la Guarda, fieles mensajeros del cielo, permanezcan siempre a nuestro lado. Iluminen nuestras decisiones, fortalezcan nuestras debilidades, protejan nuestro hogar de toda amenaza espiritual. Sean custodios de nuestros hijos, acompañantes de nuestros ancianos, testigos de nuestro amor.
Guíennos en el camino de la paz. Protéjannos del mal visible e invisible. Alejen de nuestro hogar todo lo que no provenga de Dios. Y que su presencia invisible sea para nosotros una garantía de que el cielo nos acompaña cada día.
Amén
Con humildad, fe y amor pronunciamos esta Oración por la familia de Santa Teresa de Calcuta, confiando en que cada palabra llega al corazón del Padre. Porque ninguna familia es perfecta, pero toda familia puede ser santa cuando pone a Dios en el centro.
Comparte esta oración si deseas bendecir tu familia
Si esta oración tocó tu corazón, compártela con otros. Es una herramienta de fe poderosa para fortalecer los lazos familiares, pedir unidad y bendición, y recordar que cada hogar puede convertirse en un pequeño Nazaret. Reza esta oración por la familia con frecuencia, y verás cómo Dios transforma corazones, renueva el amor y sana las heridas.


















