Oración por la Santificación de los Sacerdotes

Los sacerdotes son instrumentos vivos de la gracia divina. A través de sus manos, de sus palabras y de su entrega, Cristo se hace presente en la Eucaristía y en la vida de los fieles. Esta oración por la santificación de los sacerdotes es un acto de amor y apoyo espiritual por todos aquellos que han dejado todo para seguir a Jesús y guiar al pueblo de Dios en su nombre. Rogamos por ellos, por su fidelidad, por su fuerza y por su perseverancia hasta el final.

Oración principal por la santificación sacerdotal

Oh Jesús, Pontífice Eterno, Buen Pastor, Fuente de vida,

que por singular generosidad de tu dulcísimo Corazón
nos has dado nuestros sacerdotes
para que podamos cumplir plenamente
los designios de santificación
que tu gracia inspira en nuestras almas;

te suplicamos: ven y ayúdalos
con tu asistencia misericordiosa.

Sé en ellos, oh Jesús,
fe viva en sus obras,
esperanza inquebrantable en las pruebas,
caridad ardiente en sus propósitos.

Que tu palabra, rayo de la eterna Sabiduría,
sea, por la constante meditación,
el alimento diario de su vida interior.

Que el ejemplo de tu vida y Pasión
se renueve en su conducta y en sus sufrimientos
para enseñanza nuestra,
y alivio y sostén en nuestras penas.

Concédeles, oh Señor,
desprendimiento de todo interés terreno
y que sólo busquen tu mayor gloria.

Concédeles ser fieles a sus obligaciones
con pura conciencia hasta el postrer aliento.

Y cuando con la muerte del cuerpo
entreguen en tus manos la tarea bien cumplida,
dales, Jesús, Tú que fuiste su Maestro en la tierra,
la recompensa eterna:
la corona de justicia en el esplendor de los santos.

Amén.

Oración extendida por los sacerdotes de todo el mundo

Señor Jesús, te doy gracias por el regalo del sacerdocio, por cada uno de esos hombres que han sido llamados desde lo más profundo de tu Corazón para servirte con entrega total.

Te pido especialmente por aquellos que me han acompañado en mi camino de fe: por el sacerdote que me bautizó, el que me dio la primera comunión, el que me ha confesado tantas veces, el que ha llorado conmigo, el que ha celebrado la Eucaristía donde he encontrado consuelo.

Protégelos, Señor, del cansancio, del desánimo, de la soledad. Muchos de ellos caminan en silencio, llevan cargas que no comparten, enfrentan luchas internas y externas sin que nadie lo note. Tú los conoces, Tú los ves, Tú los sostienes. No los dejes caer.

Reaviva en sus corazones el fuego del primer llamado. Que recuerden ese momento en que sintieron que sus vidas te pertenecían. Que no olviden que fueron elegidos, amados, enviados. Que sepan que su sí tiene un valor eterno.

Señor, que no se dejen vencer por la rutina, ni por las críticas, ni por la indiferencia. Que cada misa que celebren sea una renovación de su amor por Ti. Que cada palabra que digan lleve tu verdad. Que cada gesto que hagan esté lleno de tu ternura.

Dales humildad para corregirse, valentía para defender la fe, pureza para seguir siendo tuyos en cuerpo y alma. Y cuando se equivoquen, que encuentren en Ti perdón y renovación.

Santa María, Madre de los sacerdotes, acompáñalos con tu manto. Sécales las lágrimas. Sosténlos cuando estén solos. Protégelos del maligno. Llévalos siempre de la mano hacia Jesús.

San José, custodio del Redentor, guarda sus vocaciones con firmeza. Enséñales el silencio fecundo, la obediencia valiente, la ternura fuerte. Hazlos hombres íntegros, confiables, plenos.

Señor, que nunca les falte tu presencia. Que cuando duden, te escuchen. Que cuando sufran, te abracen. Que cuando estén al borde de rendirse, Tú seas su refugio.

Gracias por su entrega, por su tiempo, por sus sacrificios ocultos. Gracias porque a través de ellos nos alimentas, nos perdonas, nos bendices.

Bendícelos hoy y siempre, Señor. Santifícalos. Protégelos. Acompáñalos.

Amén.

Oración personal por un sacerdote específico

Jesús, hoy quiero orar por un sacerdote que ha sido especial en mi vida: (di su nombre). Tú conoces su historia, su camino, sus luchas y sus alegrías.

Te pido que lo abraces con fuerza. Que no se sienta solo. Que no pierda la esperanza. Que recuerde cuánto bien ha hecho, aunque él no lo sepa. Que su vida siga siendo instrumento tuyo para tocar otras almas.

Dale salud, paz, sabiduría y alegría. Renueva sus fuerzas y su corazón. Hazlo siempre tuyo.

Amén.

Reflexión espiritual sobre la oración por los sacerdotes

Los sacerdotes necesitan oración. A veces los damos por sentado. Nos acostumbramos a que estén en la misa, en los sacramentos, en las homilías… pero olvidamos que son humanos. Que también sienten. Que también se cansan. Que también luchan con su fe, su soledad, sus tentaciones.

Rezar por ellos es un acto de justicia, de gratitud y de amor. Es decirle a Dios: “gracias por estos hombres que lo han dejado todo por ti, bendícelos, protégelos, santifícalos.”

Esta oración por la santificación de los sacerdotes nos recuerda que ellos están en medio del pueblo para servir y guiar, pero también necesitan ser sostenidos por nuestras oraciones.

Sin sacerdotes no hay Eucaristía, no hay perdón sacramental, no hay unción de los enfermos. Ellos hacen presente a Cristo de forma concreta en medio del mundo. Por eso, su santidad es vital.

No los juzgues. No los critiques sin orar primero por ellos. Cuando veas sus debilidades, ora más. Cuando te decepcionen, perdona. Cuando te inspiren, agradéceselo. Y siempre, siempre, reza por ellos.

Porque mientras ellos interceden por nosotros ante el altar, nosotros debemos interceder por ellos ante Dios.

Amén.

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