Oración a la Virgen de Guadalupe para alejar enemigos

Virgen Santísima de Guadalupe,
Madre buena y protectora, hoy me acerco a ti con el corazón lleno de fe y esperanza. Tú que siempre escuchas el clamor de tus hijos, tú que intercedes con ternura y poder ante tu Hijo Jesucristo, hoy quiero poner en tus manos una súplica muy especial: protégeme, Madre, y aleja de mi vida a los enemigos visibles e invisibles que buscan dañarme.

Madre que protege bajo su manto

Virgen querida, tú que cubriste a todo un pueblo con tu manto estrellado, cúbreme también a mí. Que tu manto sea mi escudo, que tus manos sean mi defensa, que tu presencia sea mi paz.

Aleja de mí a quienes me odian sin motivo, a quienes envidian mis pasos, a quienes desean mi caída. Rompe con tu poder las cadenas de maldad, disuelve las trampas que me tienden, confunde los planes de los que buscan mi ruina.

Madre que vence la oscuridad

Virgen de Guadalupe, tú que eres luz brillante del Tepeyac, ilumina mi vida. Que ninguna sombra de enemistad, odio o rencor pueda tocarme. Haz que la oscuridad retroceda, que las malas intenciones se deshagan, que las palabras de maldición se conviertan en bendición.

Haz que donde haya odio florezca amor, que donde haya rencor surja perdón, que donde haya enemistad nazca reconciliación. Y si mis enemigos no quieren cambiar, apártalos de mis caminos y no permitas que sus acciones me alcancen.

Madre que da fortaleza

Virgen Santísima, muchas veces los ataques de los enemigos hieren mi corazón, me llenan de miedo, me hacen dudar. Pero hoy quiero levantarme en fe y pedirte tu fuerza. Que no me venza el temor, que no me paralice la angustia, que no me robe la paz el rencor.

Dame un corazón firme, un espíritu valiente y una fe inquebrantable. Que confíe siempre en que tu protección jamás me falta.

Madre que transforma

Virgen del Tepeyac, transforma a mis enemigos. Toca sus corazones, ilumina sus mentes, cambia su odio en comprensión y su envidia en paz. Que si algún día me enfrentan, sea con respeto; que si hablan de mí, sea con verdad; que si piensan en mí, sea con misericordia.

Y si no quieren cambiar, Madre mía, ponlos lejos de mi vida. No permitas que me dañen, que me quiten lo que es justo, que interrumpan el camino que Dios me ha trazado.

Letanía de protección

Virgen de Guadalupe, cúbreme con tu manto.
Virgen de Guadalupe, aleja de mí a los enemigos.
Virgen de Guadalupe, confunde sus planes.
Virgen de Guadalupe, protégenos de la envidia.
Virgen de Guadalupe, sana los corazones heridos.
Virgen de Guadalupe, rompe las trampas del mal.
Virgen de Guadalupe, quédate siempre conmigo.

Madre de la paz

Virgen querida, no quiero vivir con rencor ni con odio. No quiero que el miedo a mis enemigos robe mi alegría. Enséñame a vivir en paz, a perdonar de corazón, a dejar en manos de Dios la justicia.

Haz que mi vida sea un testimonio de confianza, de serenidad y de amor, aun en medio de las dificultades.

Virgen Santísima de Guadalupe, hoy pongo mi vida en tus manos. Aleja de mí a los enemigos, defiéndeme de todo mal, protégeme bajo tu manto y regálame la gracia de vivir en paz.

Gracias porque sé que me escuchas, gracias porque sé que nunca me abandonas, gracias porque en ti encuentro refugio seguro.

Virgen de Guadalupe, cúbreme con tu manto y aleja de mí a los enemigos.

Amén.

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