Table of Contents
Oración a la Virgen de Guadalupe para que regrese el ser amado
Madre mía de Guadalupe, hoy vengo ante ti con el corazón herido. El amor de mi vida se ha ido, y mi alma siente un vacío que solo tú puedes entender. Tú que conoces el amor, el compromiso y la entrega, te pido con humildad: intercede por mí ante tu Hijo y haz que regrese el ser amado que tanto extraño.
Cuando el amor se aleja, el alma tiembla
Hay noches en que no puedo dormir, y los recuerdos pesan más que las sábanas. Así como en la oración para quien ya no puede más, hoy reconozco que necesito de tu fuerza. No quiero forzar voluntades, solo ruego que el amor que un día nos unió vuelva a florecer si es para bien.
Abre caminos de reconciliación
Virgen santa, rompe con tu luz toda cadena de orgullo, de rencor, de malentendidos. Que podamos hablar desde el alma, perdonarnos con sinceridad, y volver a empezar. Como se pide en la oración para sanar el corazón, ayúdame a sanar primero yo, y luego al otro.
Si es tu voluntad, que regrese pronto
No quiero implorar un amor obligado, sino una decisión libre. Pero si está en tu plan, madre mía, si esa persona debe estar conmigo, tráelo de regreso. Haz que recuerde los buenos momentos, que escuche su corazón, que reconozca cuánto nos necesitamos. Como en la oración nocturna, dejo esta súplica en tu regazo, con esperanza.
Protégelo(a) donde esté
No sé dónde está, ni cómo está su corazón, pero tú sí lo sabes todo. Cuídalo, guíalo, ilumínalo. Que no caiga en el odio ni en el resentimiento. Que, aunque estemos separados, tu manto lo cubra como lo haces en cada oración por los hijos, porque también fue parte de mi vida, y eso no se borra.
También dame paz, si no regresa
Virgencita, si en tus planes está que no regrese, dame aceptación. Dame fuerza para no derrumbarme. Hazme entender que a veces el amor enseña, pero no permanece. Como en la oración para aceptar lo irreversible, ayúdame a soltar sin odiar, a cerrar sin destruir.
Madre que consuela, sana mi tristeza
Te entrego cada lágrima, cada suspiro que no encuentra eco. Que este proceso me transforme, me acerque más a ti, me haga más humano y más fuerte. Como en la oración en la angustia, no me abandones ahora.
Confío en ti, pase lo que pase
Gracias por escucharme, Virgen de Guadalupe. Gracias por no soltarme aun cuando todo parece perdido. Como en la oración de agradecimiento, te alabaré igual, con amor. Porque tú sabes lo que necesito, incluso cuando yo solo pido lo que deseo.
Amén, con el alma rendida pero esperanzada
Que regrese si es para mi bien. Que yo sane si no lo es. Pero sobre todo, que tú, Virgen querida, sigas siendo el faro que me guía en medio de esta tempestad. Amén.















