Oración a la Virgen de la Salud por un hijo enfermo

Oración a la Virgen de la Salud por un hijo enfermo

Virgen de la Salud, hoy no vengo por mí. Vengo por mi hijo, que está enfermo. Vengo con el corazón desgarrado, con lágrimas en los ojos, y con la esperanza puesta únicamente en ti. Tú sabes lo que es ver sufrir a un hijo. Tú estuviste al pie de la cruz, mirando a tu Hijo amado con el alma rota. Por eso sé que puedes entenderme.

Así como elevamos plegarias en momentos difíciles con la oración del desespero, hoy mi oración no es más que un grito de amor desesperado por la salud de mi niño.

Su dolor me duele más que el mío

Madre, ver a mi hijo enfermo me rompe por dentro. Cada gemido suyo, cada mirada de cansancio, cada día sin mejora, me parte el alma. No quiero verlo sufrir. No quiero sentirme impotente. He hecho todo lo que puedo, pero hay cosas que solo tú puedes alcanzar. Tócalo con tu ternura, cúbrelo con tu manto, y muéstranos que no estamos solos.

Como te rezamos con esperanza en la oración de sanación a la Virgen de Guadalupe, hoy confío en tu poder para sanar no solo su cuerpo, sino también mi corazón agotado.

Virgen de la Salud, sana su cuerpo y fortalece su alma

Te pido una sanación completa, si es voluntad del cielo. Que su fiebre ceda, que su energía regrese, que su risa vuelva a llenar la casa. Que este momento de enfermedad se transforme en testimonio de fe. Que nunca nos falte tu luz en esta noche oscura.

Como en la oración por los enfermos, te entrego todo el proceso, desde los síntomas hasta los tratamientos, desde las lágrimas hasta los pequeños avances.

Guía a los médicos y danos paz

Ilumina a los médicos que lo atienden. Inspira a las enfermeras que lo cuidan. Acompaña cada decisión, cada medicamento, cada diagnóstico. Y a nosotros, danos la paz que necesitamos para no perder la esperanza, para sostenernos en medio del miedo.

Como cuando pedimos protección en la oración de la noche, hoy imploro que cuides sus sueños, su descanso, su recuperación.

Enséñame a confiar cuando todo parece incierto

Virgen de la Salud, cuando el miedo me paralice, recuérdame que tú estás cerca. Que aunque no vea avances, tú estás obrando. Que aunque las noticias no sean alentadoras, tu mano sigue presente. Que tú nunca abandonas a quien se encomienda a ti con fe.

Como en la oración por el hogar, hoy consagro mi casa, mi hijo, su cama, su cuerpo entero, a tu protección sagrada.

Gracias por estar, incluso en el sufrimiento

Gracias por escuchar mis lágrimas. Gracias por sostenerme cuando siento que no puedo más. Gracias por darme fuerza para seguir orando. Gracias porque sé que, aun en la prueba, tú no sueltas mi mano. Sé que estás velando por él, como lo hiciste con Jesús.

Amén

Virgen de la Salud, gracias por oírme. Gracias por proteger a mi hijo. Gracias por darme el consuelo de saber que no estoy sola. Pongo en tus manos su salud, su alma, su vida. Te ruego por su sanación y te alabo por tu amor. Amén.

Dale Like a nuestra página de Facebook para más oraciones