Oración de la noche a San Miguel Arcángel

Oración de la noche a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, guerrero de Dios, esta noche me acerco a ti con humildad y confianza. El día termina y mi alma busca descanso. Tú que combates el mal con espada de luz, defiéndeme de todo lo que quiera perturbar mi sueño y mi paz.

Así como confiamos en la oración para enfermos cuando el cuerpo se debilita, hoy me aferro a ti cuando el alma necesita fuerza al caer la noche.

Cúbreme con tus alas mientras duermo

Te pido que esta noche sea tranquila, que mi hogar quede sellado con tu protección divina. Que ningún temor, pensamiento oscuro ni angustia se acerque a mi mente. Que mi cama sea nido de paz, y mi corazón palpite sereno sabiendo que tú me cuidas.

Como cerramos el día con la oración para terminar el día, esta súplica también es mi forma de decirle a Dios que confío en su custodia a través de ti.

Gracias por el día que terminó

Te doy gracias por este día, San Miguel. Por lo bueno y lo difícil. Por cada paso dado, por cada error del que aprendí, por cada persona que vi, por cada palabra que dije. Gracias porque sigo aquí, con vida, con fe, con ganas de seguir luchando.

Si cometí errores, ayúdame a corregirlos. Si dañé a alguien, inspírame a pedir perdón. Si sentí miedo, recuérdame que no estoy solo. Así como oramos en la oración del desespero, hoy también entrego lo que pesa en el corazón antes de dormir.

Bendice mi hogar, a los míos y mi descanso

San Miguel, te encomiendo a los que amo. Que esta noche duerman en paz, que sus corazones descansen, que sus cuerpos se restauren. Que tu espada se interponga entre ellos y todo mal. Si hay enfermedad, llévala lejos. Si hay ansiedad, cambia por calma.

Como hacemos al rezar la oración de sanación a la Virgen de Guadalupe, esta noche también pedimos sanación de todo lo que inquieta.

Ilumina mis sueños y mi alma

Que esta noche, incluso en sueños, pueda seguir en comunión contigo. Que el descanso sea profundo, reparador, bendecido. Si debo recibir mensajes del cielo, que mi alma los escuche con claridad. Si debo soltar cargas, que lo haga sin miedo. Que amanezca renovado, con la certeza de que tu presencia estuvo aquí mientras dormía.

Y si me despierto en medio de la noche, que no me visite la angustia, sino tu voz que me dice: “No temas, estoy contigo.”

Amén

San Miguel Arcángel, gracias por tu compañía invisible pero real. Gracias por custodiar mi noche y la de todos los que se acogen a ti. Que esta oración sea escudo para mi descanso y fortaleza para mi espíritu. Que la oscuridad no me toque, y que mañana me levante con más luz, más fe y más amor.

Y si al despertar deseo comenzar el día con Dios, no olvidaré orar también con la oración universal o encomendarme al Santo que me inspire en ese nuevo amanecer.

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