Table of Contents
Oración a la Virgen de Guadalupe para salir embarazada
Hay noches en que lloro en silencio, temiendo que mi cuerpo no responda, que mi tiempo se agote. Pero entonces veo tu imagen, Virgen del Tepeyac, y siento paz. Me aferro a ti como lo hago al Señor cuando ya no puedo más. Dame consuelo, aunque la espera sea larga.
Te pido que me sostengas en el proceso
Los tratamientos, las consultas médicas, las pruebas… todo puede volverse abrumador. Pero si tú estás conmigo, Virgen María, sé que resistiré. Así como tú acompañas a las madres en la enfermedad, acompáñame en este camino de fe y ciencia.
Protégeme del miedo y la ansiedad
Cada mes que pasa sin noticias me golpea el ánimo, pero tú me enseñas a confiar. Protégeme del pensamiento negativo, de la tristeza que acecha. Hazme fuerte como lo haces en cada momento de desesperación.
Una súplica que también es gratitud
Aunque aún no tengo el milagro, te agradezco. Porque sé que escuchas, sé que actúas, sé que amas. Como en la oración para agradecer un milagro, hoy te alabo sin reservas.
Ampara mi hogar, mi pareja, mi entorno
Virgen santísima, ayúdanos a estar unidos como pareja. Que este deseo compartido de tener un hijo no nos divida, sino que nos fortalezca. Así como se pide en la oración por la familia, bendice nuestras decisiones y nuestro hogar.
Enséñame a ser madre con el corazón desde ya
Incluso antes del embarazo, ya soy madre en el alma. Porque sueño, oro, preparo y espero. Dame paciencia, dame dulzura, dame visión de futuro. Como quien reza por las noches, te entrego esta ilusión en cada suspiro.
Una petición extendida para todas las mujeres
No solo por mí, Virgen de Guadalupe, también oro por todas las mujeres que desean concebir. Acompáñalas, fortalécelas. Que ninguna se sienta menos mujer por no ser madre aún. Como en la oración por madres en dificultades, sé luz para todas.
Amén, con fe que se multiplica
Y cuando llegue el momento, cuando una nueva vida se geste, gritaré al mundo que fue gracias a ti. Porque tú hiciste lo imposible. Porque tú me abrazaste cuando estaba rota. Porque tú fuiste mi intercesora fiel. Gracias, Virgen María, por darme el mayor regalo. Amén.















