Table of Contents
Oración a la Virgen de San Juan de los Lagos para superar la tristeza y la depresión
Virgen Santísima de San Juan de los Lagos, Madre de misericordia y refugio de los que sufren, hoy me acerco a Ti con un corazón cargado de tristeza. Tú conoces mis luchas internas, mis noches de soledad y los pensamientos que me pesan. Por eso vengo a pedir tu intercesión, para que me ayudes a superar la depresión y recuperar la alegría que viene de Dios.
La Palabra de Dios me recuerda: “El Señor está cerca de los que tienen roto el corazón y salva a los de espíritu abatido” (Salmo 34,18). Virgen querida, confío en esa promesa y me entrego a tu ternura maternal para que lleves mis heridas al corazón de Jesús.
Oración para disipar la tristeza
Virgen de San Juan de los Lagos, acompáñame en los momentos en que la tristeza nubla mi vida. Intercede para que el Espíritu Santo me devuelva la esperanza y me ayude a encontrar luz en medio de la oscuridad.
Así como muchos devotos buscan serenidad rezando la oración para encontrar serenidad en momentos de ansiedad, yo también quiero acercarme a Ti, confiando en que tu amor me devolverá la calma y la confianza.
Oración para sanar el corazón herido
Madre querida, la depresión hiere el corazón y debilita la fe. Te ruego que sanes mis emociones, mis pensamientos y mis heridas más profundas. Que cada lágrima derramada sea recogida por tus manos y presentada ante tu Hijo Jesús.
El Evangelio nos dice: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” (Mateo 11,28). Virgen milagrosa, llévame a los brazos de tu Hijo para que en Él encuentre el consuelo y la fortaleza que tanto necesito.
Oración contra la desesperanza
Virgen de San Juan de los Lagos, cuando la depresión me hace sentir que nada tiene sentido, recuérdame que la vida es un regalo de Dios y que siempre hay esperanza.
Muchos fieles fortalecen su fe con la oración para alejar las malas energías de la casa. Yo también quiero alejar toda sombra de desesperanza y abrir mi corazón a la luz de Cristo, confiando en que Tú me guías en este proceso.
Oración para recuperar la alegría
Virgen milagrosa, devuélveme la alegría que el enemigo quiere robarme. Enséñame a sonreír de nuevo, a disfrutar de las pequeñas cosas y a ver cada día como una oportunidad de amar y servir.
La Sagrada Escritura proclama: “El gozo del Señor es mi fortaleza” (Nehemías 8,10). Madre querida, que esa verdad se cumpla en mi vida y que mi corazón vuelva a cantar de alegría.
Reflexión bíblica sobre la esperanza
San Pablo nos enseña: “Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, ¡estén alegres!” (Filipenses 4,4). La verdadera alegría no depende de las circunstancias, sino de la confianza en Dios.
Virgen de San Juan de los Lagos, ayúdame a recordar que aun en medio de la depresión, el amor de Dios no me abandona. Enséñame a esperar en silencio y a confiar en que la tristeza será transformada en gozo.
Cómo rezar esta oración en momentos de depresión
Querido devoto, si estás luchando contra la tristeza o la depresión, dedica cada día unos minutos a esta oración. Busca un lugar tranquilo, coloca una vela encendida frente a la imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos y abre tu corazón con sinceridad.
Refuerza tu súplica rezando el Padre Nuestro, el Ave María y, si puedes, el Santo Rosario. Estas oraciones traerán paz a tu espíritu y te ayudarán a sentirte acompañado por Dios y por la Virgen.
Oración de agradecimiento
Virgen milagrosa, aun en medio de la tristeza quiero darte gracias. Gracias porque sé que me escuchas, gracias porque no me dejas solo y gracias porque tu intercesión me sostiene.
El salmista proclama: “Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría” (Salmo 126,5). Confío en que mis lágrimas de hoy se transformarán en sonrisas mañana, gracias a tu cuidado maternal.
Palabras finales en oración
Virgen de San Juan de los Lagos, Madre protectora, hoy pongo en tus manos mi tristeza y mi depresión. Cúbreme con tu manto y llévame al corazón de Jesús, para que en Él halle la sanación y la esperanza que necesito.
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién tendré miedo?” (Salmo 27,1). Bajo esa promesa descanso en paz, confiando en que la tristeza será vencida por la luz del amor de Dios. Amén.















